Y te vi... - Relato

Habíamos llegado a Roma, y justo estábamos esperando a la amiga de Tony, una mujer que iba a ser quién nos aconsejaría qué ver esos días por allí. La idea inicial era quedarnos en Turín, pero mi primo tenía planeado ese viaje con Tony, así que no me quedó más remedio. La verdad es que me ponía nerviosa la idea de estar en Roma, aunque por otra parte es una ciudad que realmente me gustaría ver.

En la estación de tren me di cuenta de que más o menos entendía el italiano, el problema ahora estaba en que no sabía producir nada en italiano. Mi primo se había propuesto que durante los días que pasaba allí con él, aprendiera italiano, pero, sinceramente, era un idioma que realmente no me interesaba aprender. Lo mío es más el inglés.

De repente, Tony se acercó a una chica y la saluda. Empezaron a hablar rápido y no me enteré de mucho. La chica era guapa y tenía buen tipo. Se notaba que era mayor que yo a la vez que se seguía viendo joven, aunque con ropa que le hacía parecer más elegante y adulta. Cuando Tony nos la presentó a mi primo Javi y a mí, nos dijo que ella era Marinella, su amiga a la que estábamos esperando. La verdad es que no me la esperaba así, esperaba a alguien con apariencia más mayor ya que nos había dicho que tenía un hijo con 8 años ya.


Durante el trayecto nos preguntó un poco por nosotros, cómo nos había ido el viaje, y ese tipo de cosas que se comentan cuando conoces a alguien por primera vez. Lo cierto es que yo estaba un poco ausente entre que no podía comunicarme bien y que mi cabeza estaba en otro lado.

Ya estaba en Roma, y me debatía entre escribirle un mensaje diciéndole que estaba allí o no. En un acto impulsivo, mientras íbamos en el coche, abrí Instagram, y le escribí que estaba en Roma. Así, sin anestesia, sin preámbulos. Enseguida cerré la conversación. No sabía si había hecho bien. En parte tenía miedo de encontrármelo. Aunque, por otro lado, no creía que me fuera a responder ya que últimamente tardaba horas o días en contestar.


Después de 20 minutos aparcamos el coche en una especie de descampado que daba acceso a un parque en medio de un pequeño monte. Había un montón de árboles y la verdad que se veía bonito. Se suponía que parábamos en ese parque porque ahí se encontraban el marido y el hijo de Marinella. En el parque no había nadie, simplemente algunos árboles, que aportaban sombra, bancos y farolas de forma intercalada. Mientras encontrábamos a su familia íbamos hablando de cosas varias. La verdad es que la chica era muy simpática, y el amigo de mi primo también se preocupaba por hablar conmigo a pesar del idioma. 

Conforme subíamos la cuesta se veían cada vez mejor las vistas desde ahí. Un hermoso bosque bajo nuestros pies y a lo lejos los edificios de la ciudad.  Justo por la barandilla que impedía que nos cayéramos bosque abajo, me pareció escuchar agua correr, así que decidí acercarme e ir siguiendo el sonido. 

Ahí me separé un poco de los demás para acercarme más y poder encontrar ese riachuelo. Llegue a un punto y me paré a apreciar las increíbles vistas que había desde ahí, con el sol a lo lejos amagando con llegar a mostrar una preciosa puesta de sol. Sin duda ahí podría echar mil fotos del paisaje y la puesta de sol, tal y como me gusta. Solo ese momento ya merecía la pena. 


Mientras estaba ensimismada en mis pensamientos escuché algo, una palabra que no llegué a entender, aunque no parecía italiana. Me giré y vi que había alguien sentado a la sombra de un banco. Me quedé mirando ya que no se distinguía muy bien si era una persona mayor o un muchacho joven. Cuando de repente el hombre levantó la cabeza de la pantalla del móvil y me di cuenta de que era él... 

Comentarios

  1. Bien mirado, no es de extrañar, porque todos los caminos conducen a Roma.

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    1. Pues sí, tiene su gracia visto así. Aunque lo que es de extrañar es coincidir con una persona en una ciudad con tantos habitantes. Es algo así como encontrar una aguja en un pajar.

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  2. Respuestas
    1. Te aconsejo que te quedes por aquí, porque quizás se ponga la cosa interesante! Muchas gracias por leerme!

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  3. Y por aquí llegué. Oye, también sin anestesia, te cuento que me ha gustado tu estilo y estaré pendiente de lo que pueda pasar.
    Gracias, saludos!

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    1. Me alegro mucho de que te haya gustado! Realmente es la primera vez que intento escribir algo más lago y siempre se va con el miedo de que no quede bien. Gracias por tu comentario 😊

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