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Mostrando entradas de noviembre, 2016

¿Tópico, típico o utópico?

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"Pasear por la calle, sin prisas, de tu mano." Quiero sacar ese tiempo, que parece que no tengo, para estar contigo. Quiero disfrutar de esta ciudad en la que llevo viviendo más de dos años, pero quiero empezar haciéndolo contigo. Contigo porque cada cosa que hago contigo es diferente, no diferente porque nadie lo haga, sino porque tú le das ese toque especial a mi vida. Me imagino contigo, a los dos, cogidos de la mano recorriendo las calles con ese toque navideño que tienen. Puede que haya aborrecido las típicas películas de navidad, pero quiero ser la protagonista de una de ellas; donde una feliz pareja pasea por las frías calles de la ciudad saboreando esa calidez navideña. Quiero ese tú y yo, al que mucho llaman “nosotros”. ¿Te lo imaginas? Sinceramente, no sé si tú también estarás pensando en eso, pero yo sí, aunque suene tópico, típico, o utópico. Al menos, un tú y yo.

¿Sociedad liberal?

A veces me odio. Odio esa manera de autocastigarme. Me da coraje no dejarme disfrutar a mí misma. Se supone que los seres humanos somos principalmente SOCIABLES, y por ello es una NECESIDAD y deben relacionarse con los DEMÁS. Y luego llega esta odiosa sociedad que hemos creado que nos dice qué debemos hacer. Que si estudia, que si entrega trabajos, que si tienes un tiempo límite. ¿Y qué pasa con lo que REALMENTE debemos hacer? Joder, antes de nada deberíamos satisfacer nuestras necesidades más básicas, esas que nos venían por naturaleza, y no estás que hemos creado. Sinceramente, muchas veces me paro a pensar en la vida que llevo y pienso que no la estoy aprovechando; simplemente hago lo que DEBO según está maldita sociedad. Y sí, sé que la sociedad nos aporta muchas cosas buenas, pero se está cargando la HUMANIDAD. Y siento escribir así pero necesito sacarlo a fuera.  ¿Vosotros no habéis pensado lo mismo que yo? Seré la única loca que sigue a

Una posible incomprendida

Una vez más vuelve a pasar lo mismo. No sé si es que ya nos hemos acostumbrado a que sea así o que nos resignamos a no tenerlo. Sé que tú también lo has sentido, lo intuyo; o a lo mejor es a mí a la única que le pasa. Una vez más algo nos enciende, te enciende, me enciende, y ya es inevitable. La cosa fluye y surge, y cada vez va a más; no se consume. Creo que el vernos así nos enciende aún más. Queremos sin querer, y sin querer queremos. Raro pero cierto. Estamos en otra cama pero con la misma persona, encendidos. Esa fuerza os une, ese calor. Y cuando empieza la acción estando tan encendidos, todo termina. Ya se ha acabado. Y tú ni siquiera lo has terminado de probar. Te quedas con ganas, ganas de más, ganas de seguir; pero la otra persona ya no. Otra vez vuelve a pasar lo mismo…  ¿Y qué haces? Llega el punto que nos resignamos. Que si ya no sigue uno, el otro tampoco puede seguir. Te quedas con el fuego encendido que debes apagar con agua fría. Sí, ya todo acabó,