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Mostrando entradas de 2018

Pequeña confesión

Cada vez que abro tu conversación y veo que te conectas, salgo rápidamente de ella, tal y como si me hubieras  pillado  observándote, espiándote.

Ese momento...

Ese momento en el que explotas. Ese momento en el que te cansas de esperar sin recibir, y en el que te cansas de pedir sin recibir. Llega un momento en el que te sientes estúpida, inútil, sin sentido, sin valor. Ese momento en el que todo se vuelve negro, en el que empiezas a insultar en tu cabeza sin ton ni son. Ya estás harta. Las lágrimas ya caen porque es lo único que te queda ya. Quieres chillar, gritar, mandar todo a la mierda. No quieres saber nada de nadie. Entras a la ducha con todos estos sentimientos encontrados y lo único que puedes hacer es poner el agua tan caliente que te queme la piel. Tan caliente que se pone roja; tan caliente que duela. Por lo menos que duela de verdad. Solo buscas la manera de desahogarte, la manera de que al menos alguien o algo sepa lo que sientes, cómo te sientes. Ojalá poderle pegar puñetazos a algo, poder desahogarte físicamente, pero ahora mismo no puedes. Solo te queda escribir. Aunque solo sea para que se quede ahí, p

Verdades a medias

Hoy he soñado con él. Soñaba que lo besaba y no me importaba. Me decía a mí misma: "Solo son besos". Pero yo quería más, besos. Puede que sea algo más que besos porque realmente, cuando pienso en él, me atrae, mucho. No recuerdo el momento en el que empecé a sentir atracción por él, pero sí sé que he soñado varias veces con él en un plan un tanto erótico. Además sé que mi mente ha jugado en su presencia a abalanzarse sobre él.   Y sé que conscientemente he permitido sus roces sin importarme la cantidad o la visibilidad. Pero también es verdad  que a veces me siento culpable de que esto haya ocurrido,  y por ello cada vez intento disminuir más ese roce. Y lo que sé con más seguridad es que no quiero perder a mi amor por una simple atracción.

Perder el hábito de estudiar

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Dicen que tomarse un año sabático puede hacer que pierdas el hábito de estudiar. Parece una mera tontería. "¿Un año? Tampoco es tanto..." Pues bien, hoy quiero contaros algo. Estamos a 7 de Octubre, y llevo esperando para ver si me dan una plaza en el máster desde Agosto. Aun no me la han dado. El verano ya ha terminado, los niños han empezado el cole y el instituto, y el resto de estudiantes ya han empezado la universidad desde hace casi un mes. Yo llevo un mes en mi casa, en mi pueblo, esperando a que me den una plaza, mientras que mis padres están trabajando y mi hermano ya se ha ido a la ciudad para seguir estudiando en la universidad. Pasan los días y aquí sigo, en mi casa. Un día tras otro sin tener que estudiar ni, en su defecto, trabajar. En sí, no tengo nada que hacer, al menos nada "obligatorio". Lo peor de todo es que tampoco puedo buscar activamente trabajo por si finalmente no me dan la plaza. Un mes o más, así. Todos los días igual, sin saber q

Dulce tortura

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Aquí, sobre mi cama, tumbada boca arriba. Llegas tú, lentamente, y deslizas tus manos, tus dedos, sobre mi vientre, arrastrando a la misma vez mi camiseta, dejando el vientre desnudo. El vello se me pone de punta cuando tus dedos me recorren. Suben acercándose a un lugar socialmente prohibido de tocar. Siguen hasta acariciar mi cuello, mientras tu boca se encuentra cerca de mí, haciéndome ansiar el momento en el que se lleguen a posar tus labios en mí. El roce de tus labios en mi cuello, escuchando y sintiendo tu respiración sobre mi piel. Es una dulce tortura. Tus labios, mi cuello, tus besos, mis ganas, tus ganas. Un pequeño mordisco desata mis suspiros que llegan a gemidos silenciados. Por favor sigue. Tus dedos siguen vagando por mi piel, deslizándose en esta ocasión hacia abajo. Empieza por el cuello, pasando por mi escote descubierto por la camiseta de tirantes, deteniéndose ahí, deleitándose, haciendo que desee más. Continúa por mi vientre ya descubierto, rozando de ma

Soñemos despiertos

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Soñemos despiertos. Soñemos como niños, con sus creencias. Las creencias de que todo es posible. Que hoy podemos estar de una manera, pero que mañana todo puede cambiar. No digo cambiar a peor, digo cambiar a mejor. Los sueños no son pesadillas. Los sueños son felicidad. Hoy puedo estar lejos de ti, mañana puedo estar cerca. Mañana puedes aparecer inesperadamente. Mañana nos pueden dar una buena noticia. Quizás no sea mañana, quizás sea dentro de unas horas, minutos o segundos. Soñar es gratis. Sueña. Sueña tu felicidad.

No sé lo que quieres

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No sé lo que quieres. Cada vez que me llamas, dejo lo que estoy haciendo y salgo corriendo. Te ayudo, te escucho... ¿No es suficiente? Sé que no soy la hija perfecta, pero lo intento. Y a veces no sé dónde está el límite entre ser una buena hija y elegir lo que yo quiero hacer. Sabes que soy responsable, que miro por el valor de las cosas, que intento adaptarme si necesitas ayuda... Pero ya no sé qué hacer. Sé que nunca he trabajado, pero he estado estudiando hasta el día de hoy. He sido constante en mis estudios y por ello he conseguido beca. Soy yo la que más ansía terminar este último año de estudio y ponerme a buscar trabajo. Soy yo la que más quiere encontrar trabajo, poder ser independiente, no necesitaros económicamente, y poder hacer mi vida. A día de hoy, ya no sé lo que quieres.

Desaparece

Pensar que pienso en ti. Que llevo pensando en ti todo el verano. Para mí es demasiado tiempo. Y más sabiendo tan poco de ti. Habiendo tenido tan poco contacto. ¿Por qué? A veces siento que soy muy pesada, que soy pesada conmigo misma. Eres ese pensamiento recurrente que ojalá dejara de pasar por mi mente. Lo digo en serio. Estoy cansada de que aparezcas por mi mente sin ton ni son. Todos los días, de manera inesperada. ¿Por qué tú? Una y otra vez. Lo mismo.  Desaparece.  Hasta que vuelvas a aparecer, a aparecer de verdad. No quiero. (¿O sí?) Lo mejor es que desaparezcas, no quiero que perturbes mi realidad. Aunque… (¿se podría mejorar?) No quiero saberlo. Quiero mantener lo que tengo. No quiero perderlo. Mejor desaparece.

Aprendizajes para todos

Hoy quiero contaros un par de cosas para que entendáis algo que me ha costado ver a mí, y que seguro, a muchos os vendría bien saber. Vosotros sabréis ya que en cuanto avanzas en cursos (académicos) te das cuenta de que cada vez tienes más obligaciones y menos tiempo. Yo siempre pensaba que en el curso que estaba era todo muy difícil y que no tenía tiempo de nada más, y siempre andaba pegada a los estudios y a cosas relacionadas con el colegio o el instituto. A día de hoy me he dado cuenta de que realmente esos deberes no me suponían tanto tiempo, y que podría haber aprovechado más esos días para hacer cosas que no tuvieran relación con el instituto. La tarde no solo la podría haber dedicado a los estudios, sino que si me hubiera organizado también podría haber salido a dar una vuelta, o pasar tiempo con otras personas. Pero claro, eso me doy cuenta ahora que ya ha ocurrido.         "Si nos organizamos  podemos hacer   más cosas de las que pensamos. "    

Que aparezcas inesperadamente

Siempre imagino que te encuentro de repente, en la calle, en el sitio más inesperado y común para mí. Pero, realmente, creo que en el momento en el que te vea no voy a saber cómo actuar. Soy tímida, y creo que lo sabes. Pero, si me ves por la calle, ¿te acordarás de mí? ¿Te darás cuenta de que soy yo? Ese no es mi miedo o incertidumbre. Lo que no sé es cómo actuar contigo. Me conoces, me has visto, sabes dónde, me has prestado tu ayuda, pero nunca hemos tenido confianza. Siempre hemos coincidido por terceras personas o situaciones. Yo, en verdad, ¿qué soy para ti? ¿Cómo me ves? Quizás como "una chiquilla" tímida que necesita ayuda, tu ayuda porque tú ya has pasado por ahí y sabes cómo va. O quizás como una chica "algo" tímida, intrigante porque no sabes mucho sobre ella y te gustaría conocerla más. Esta segunda opción... no lo creo. ¿Y si me ve por la calle y no recuerda quién soy? ¿Y si simplemente soy una coincidencia sin más? Una pregunta: ¿Notaste qu

Tormentas de verano

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Se me hace extraño que en pleno verano empiece a llover, aunque en cierto sentido me gusta. Después de más de un mes de verano y calor, de repente, empieza a llover. Quizás cierta parte de mí anhela el hecho de ver llover; el olor a lluvia, o más bien a asfalto/tierra mojada. Es un pequeño placer tener ese breve descanso y volver a ver la lluvia. Esta vez en vez de lluvia ha sido granizo, pero aún así me gusta observar cómo caen, cómo mojan el suelo y cómo rebotan en él; además de ese sonido monótono pero constante. Es tan relajante. Ahora parece que sí llueve, aunque su ritmo es rápido y constante. Su fuerza cada vez va disminuyendo a más, y los truenos cada vez suenan más lejanos. ¿Ya te vas? Ya eres casi inaudible desde mi ventana.  Una visita fugaz tal vez. Nos volveremos a ver; quizás cuando vuelvas para una temporada, o quizás sea en otra visita fugaz. De todos modos, hasta pronto.

Tenemos influencia

Hoy me he sorprendido bastante al darme cuenta cómo puedo influir en los demás con acciones muy insignificantes. Los niños pequeños siempre están aprendiendo e imitando a los demás, sobre todo a aquellos que son cercanos e importantes para ellos. Estando con mi prima pequeña (2 años y medio - 3), la he llevado conmigo  mientras me quitaba las lentillas. Como se me ha quedado mirando le he explicado que las lentillas me ayudan a ver, y que cuando me las quito no veo bien y me tengo que poner las gafas.  Me hacía mucha gracia porque estaba muy atenta y entendía lo que le estaba diciendo. Después de eso, ha visto en el salón unas gafas de sol y se las quería poner (como su prima mayor que tenía puestas unas gafas). Más tarde queríamos que se echara una siesta así que la llevé conmigo a un sofá, y le dije que para dormir me tenía que quitar las gafas, y las puse sobre la mesa. Entonces ella hizo exactamente lo mismo, para así poder dormir. Parece una tontería pero esa influencia

Cosas que me gustan contigo

En la vida hay cosas buenas y malas, pero hoy solo quiero mostrarte las cosas buenas de mi vida, de mi vida contigo...        - Tus abrazos.        - Cuando me haces hueco en el sofá pequeño y nos quedamos juntitos.        - Cuando llegas y me acaricias o me besas.        - Aunque no me gusta que pinches, me gusta acariciar tu cara con barbita.        - Esos baños que nos dábamos juntos.        - Los pequeños detalles que tienes conmigo que demuestran lo mucho que me quieres.        - Cuando me tratas como a una niña pequeña y me cuidas como tal.        - Cuando venías al cuarto y me preguntabas cómo me iba estudiando.        - Ver tu sonrisa de enamorado cuando me miras, y que yo te responda con una igual.        - Cuando al dormir juntos nos abrazados y formamos un puzzle perfecto, donde todas las piezas encajan.        - Cuando me das calor por la noche.        - Abrazar tu pecho desnudo y echarme sobre él.        - Caminar contigo de la mano.

Un libro así

Quiero un libro que cuente una historia real. Una historia de las que ocurre cada día a miles de personas en el mundo. Estoy cansada de esos libros donde ocurren cosas extraordinarias, donde los personajes son perfectos, donde el dinero no aparece como preocupación, y las relaciones amorosas son asombrosamente trágicas o ideales. Quiero que desaparezca esta perfección amorosa que va desde la fantasía y llega hasta la ciencia ficción. Personas normales, con problemas normales, ya sean estudios, dinero, familia, o demás. Historias de amor o de amistad reales, donde la distancia hace estragos, y el tiempo provoca olvidos o ignorar aquellas personas que realmente eran importantes. Ni todo es tan bonito, ni todo es tan dramático. Estoy cansada de personajes perfectos que todo el mundo desearía, de estos príncipes azules mezclados entre la realidad de los libros, esos mismos que no existen en la realidad, y que después intentamos encontrar. Quiero personajes reales, imperfe

Yo quiero más

Como no pude darme cuenta… que tú estabas tan cerca… Cegada por mil cosas hasta que me paré a mirar. Ahí estabas. Siempre has estado. No sé en qué momento me di cuenta de que en la oscuridad la claridad eres tú. Ni tampoco sé el momento en el que entendí que no quiero no estar a tu lado . Podemos decir que de repente esta historia empezó a brillar. Y ahora solo quiero que no dejes de estrujarme sin que yo te diga nada. Y si me dejas, dame el tiempo que no te haga falta y prometo invertirlo en caricias en tu espalda. No sé si te habrás dado cuenta pero quiero seguir comiéndote a besos . No sé si lo sabrás pero, yo quiero contigo todo . Ven, ponte cerca que quiero compartir contigo mis rarezas. Ven, ven y acércame la oreja que quiero susurrarte mis secretos si me dejas: Oigo tu voz siempre antes de dormir, me acuesto junto a ti , y no hay nada que me haga estar tan en paz. Lo mejor es cuando me acuerdo de que esta mañana se ha colado un rayi

8 de Marzo

Hoy 8 de marzo, día de la mujer, se ha convocado una huelga en la que se propone un “parón” del trabajo de la mujer. Sinceramente me parece una buena idea, pero realmente sería una buena idea si consiguiéramos que todas las mujeres hicieran realmente ese parón. Hablamos no solo de mujeres que tienen un contrato de trabajo, hablamos también de esas amas de casa que se encargan de TODO en sus casas, sin ninguna ayuda de nadie. Esas mujeres que tienen doble trabajo, el trabajo laboral externo al hogar, y la labor de “ama de casa”, es decir, realizar todas las tareas que mantienen el hogar en orden, limpio y entre otras muchas cosas. Pero sabemos que muchas de estas amas de casa no entienden que las labores domésticas no son cosa SOLO de las mujeres, sino que todas las personas, sean hombres, mujeres u otro género, tienen la misma responsabilidad en el hogar. Lo primero de todo sería abrirles la mente ante esta realidad. Lo segundo sería convencerlas de hacer este parón. No sé cu

Deseo

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Quiero que dejes tu sentido del humor por un rato y te fijes en mí. Mírame, fíjate, te deseo. Deseo que tú me desees igual que yo a ti. Mi cuerpo te desea. Quiero ese querer que es tan lento que de por sí embriaga. Quiero que tus ojos se posen en mí, que disfrutes de mi cuerpo, de su figura obsérvalo bien porque todo él te desea. Desea que tus manos se deslicen por su piel, que recorras cada centímetro y cada rincón tan lentamente como sea posible. Deseo tu lengua en mí, en mis labios, en mi cuello, en mis pechos, en mi vientre, en mis labios... Solo como tú sabes hacer. Quiero que tu desnudez acompañe a la mía. Quiero observarte. Quiero quererte. Quiero tocarte, acariciarte y todo aquello que termine en “-arte”. Piénsalo, imagínatelo, seguro que sabes a que tipo de arte  me refiero. Tu desnudez, mi desnudez, acompañada de tu dureza, de mi delicadeza… Podemos llegar lejos, tan lejos como tu quieras. Cuando, donde y como quieras. Me dejo a ti. Imagínatelo. Tú y

Impotencia

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"Recuerdo que cuando era pequeña, tendría entre unos 3 y 6 años, mis padres estaban peleando, no sé si entre ellos o con mi hermano pequeño. Yo me sentía muy mal por escucharlos pelear y quería hacer algo para que se sintieran mejor o más felices. Entonces decidí limpiar los cristales de la puerta de la cocina (a los que podía llegar). No recuerdo si cogí el limpiacristales o qué, pero recuerdo perfectamente que cogí un gorro de lana de los muñecos para limpiar los cristales. Cuando llegó mi madre y vio lo que estaba haciendo, no se puso contenta como yo esperaba, sino que se enfadó un poco por estar limpiado los cristales con eso." Esta fue la primera vez que yo recuerdo haberme sentido mal cuando mis padres peleaban o peleaban con mi hermano. A partir de ahí, recuerdo que mis padres siempre han estado peleando con mi hermano porque es un poco “difícil”, y yo siempre me he puesto mal ante esta situación; pero claro en esos momentos yo era invisible.