Tu decides

Esto es lo que ves cuando te centras en las sombras: más sombras.

Llámalas como quieras. Quizás tú las llames preocupaciones, decepciones, culpa, miedo, tristeza, pérdidas...

¿Y qué tienen en común?

Que cuanto más nos centramos en ellas, más terreno nos comen. Entramos en su juego, en ese bucle interminable.

"Si algo me hace sentir mal, me siento aún peor, y como estoy peor, me siento todavía peor." 

Incluso, a veces, llegamos al punto de que estamos mal y no sabemos por qué.

A veces nos dejamos llevar demasiado por los sentimientos, sin pararnos a pensar en lo que realmente ha pasado.

Hoy mismo he escuchado algo muy cierto y que quiero compartir con vosotros. Se refería específicamente a las preocupaciones, pero igual sirve tanto para el miedo, la tristeza, y demás. Decía algo así como:


"Si tienes una preocupación que tiene una solución, ve a por ella; 
y sino es preocuparte por preocuparte.
Si tienes una preocupación que no tiene solución, ¿para qué preocuparse?"

Si te paras a leerla te darás cuenta de que tiene mucha razón: 
  • Si vamos a por la solución, acabaremos dejando las preocupaciones atrás. 
  • Si optamos por preocuparnos sabiendo que tenemos una posible solución, nos estamos preocupando pudiéndolo evitar. 
  • Y si es algo que ya no tiene remedio...

Cada uno tenemos ese miedo, preocupación, culpa, o ese nombre que le hayamos puesto; y todos podemos sucumbir a su efecto, pero esta en nuestro poder replantearnos esto último, y decidir qué hacer: si preocuparte o no.

   ¿Tú qué decides?   

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