No es solo un día, son todos

A veces hay que pararse, respirar hondo, escuchar un poco de música, y tranquilizarse.

A veces, al principio todo te parece una gran montaña cuando simplemente se trata de un granito, pero no de arena sino de azúcar.

A veces no vemos lo bueno que se camufla entre esas pequeñas cosas.

Si tu madre te manda a tender la ropa, no te enfades, piensa:
  • Eso es algo que ella hace diariamente, por una vez que lo hagas tú no te va a pasar nada
  • Si te lo ha pedido no es porque ella esté parada, sino porque necesita ayuda.
  • Qué mejor regalo le puedes hacer que ver que le ayudas sin rechistar, que puede confiar en que, si un día ella no puede, tú estarás ahí.
  • Qué mejor que pensar que te lo ha mandado porque existe, porque aún está en tu vida.

   No esperes a que ocurra algo malo para que veas lo bueno.   

Pd.: Como me gustaría que algún día leyeras esto.

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