Hablar sin decir nada


Abrir un Word, no saber qué vas a escribir pero lo único que sabes es que tienes ganas.

Las palabras se escriben aleatoriamente y te cuestionas su sentido, te cuestionas si escribir.

¿Para qué? ¿El qué?

Si hasta hace un momento sabía lo que iba a escribir, pero las malas noticias ponen en duda el contenido; te sientes confusa.

Escribir o no escribir. He ahí la gran cuestión.

¿Dónde se ha quedado la gran historia que quería contar?

Para contar algo sin ganas, y sin corazón es mejor no contarlo. Es como hacer el amor sin ganas. ¿De qué sirve si no disfrutas, si no lo sientes? No merece la pena.

A pesar de todo necesitas escribir algo, sientes la necesidad de comunicarte con el mundo, de gritar que estás viva, aunque solo sea porque sientes que hay cosas que no son como te gustarían.

Yo escribo, tú escribes, él escribe...

Hay tanta gente que escribe que a veces te planteas ¿para qué?

Supongo que todos tenemos esa esperanza de que alguien en algún momento te leerá, y le servirán tus palabras, porque esa persona se siente igual que tú, se sentirá identificado contigo.

Palabras… 

No son solo palabras, son sentimientos encontrados, es un intercambio entre personas, es un dar y recibir, un hablar y escuchar, que como en toda comunicación debe ser recíproco.

Porque todos necesitamos ser escuchados, aunque realmente no digamos nada.

Reír, llorar, ignorar…

Da igual, sea como sea, cada uno se comunica a su manera.

YouTube, WhatsApp, Skype, Instagram, Blogger…

Y así con todas sus variantes.

Da igual como sea. Solo comunícate.

   Yo también te escucho.   

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