Inevitablemente, odiar


Hay personas que en un principio te caen bien, incluso las ves muy buenas personas, pero con el tiempo las vas conociendo, y poco a poco te vas dando cuenta de que hay cosas que no te gustan nada, cosas que tú ni siquiera se te ocurriría hacer, y lo peor de todo, se mete en todas y cada una de las cosas que haces.

El caer bien se convierte en cuestionarte el cómo es esa persona, pasando por empezar a caerte mal, y tomarle tirria, hasta que al final caes en una especie de odio hacia esa persona.

Pero por un motivo u otro no puedes apartarla de tu vida, e intentas permanecer lo más distante posible a esa persona.

A pesar de este odio, te sigues dando cuenta de que esa persona tiene cosas muy buenas, tanto como persona como “profesionalmente”, incluso mejores que tú, y aunque al principio cueste, pero lo reconoces.

El problema está en que, a pesar de estar harta de que se meta en tu vida e intentar pasar de sus comentarios, aparecen personas que no la conocen tanto como tú (no solo por decir, sino porque físicamente has pasado más tiempo y momentos con esa persona), y que empiezan a decirte: “Qué simpático/a es tal”, “Has tenido suerte con esta persona”.

Y le cuentas los problemas que tienes con esa persona, tal y como se comporta contigo y con los demás, su intromisión en tu vida, y que te hace sentir mal en ciertos momentos, y te dicen: “Pero si es muy buena gente, seguro que no es para tanto” o “Pero no has visto esto que hace, esto no lo haría cualquiera”.

 
Y ahí empieza la impotencia, que te sube y te baja por el cuerpo sin poder hacer nada. Pero esta impotencia es porque se lo cuentas a alguien en quien confías, y que se supone que te tiene que apoyar, y te duele que defienda más a esa persona que a ti.

Pero lo peor no es eso, lo peor es que esa persona de confianza es tu propia madre, que ve a esa persona como un/a santo/a; y ahí es cuando tu autoestima se viene abajo.

Y te dices: “Sé que esa persona es mejor pero, ¿hasta a ti también te lo parece? ¿Te resulta tan fácil decirlo sin pensar en cómo me siento yo? ¿A pesar de contarte lo que ocurre?”

Y las lágrimas empiezan a brotar de tus ojos, hundiéndote aún más profundo, sin saber qué hacer; pero sabes que sí o sí debes seguir adelante y que nadie se dé cuenta de cómo estas en realidad.

   Solo espero que esto no os pase a vosotros; es de las peores cosas que te puede ocurrir.    

Comentarios

  1. Tú y solamente tú sabes qué es lo mejor para tu vida, puedes compartir situaciones, experiencias o vivencias con los demás pero no hay que dejarse guiar por las opiniones. Al final ellos solo ven la fachada. Todos sabemos que las personas en la intimidad cambian.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, pero eso mucha gente no lo ve desde fuera y te toma por exagerado o algo así. Muchas gracias por tu comentario, ayuda bastante ^^

      Eliminar

Publicar un comentario

¿Qué opinas?

Entradas populares de este blog

Como el Yin y el Yang

Todo empieza a encajar

Y te vi... - Relato