Establecer límites

Poner límites es duro. 

No solo por el hecho de que tienes que comunicarlos a los demás, sino porque ponerlos puede hacer que los demás se alejen de ti. Y si se alejan, tienes menos personas en tu vida y te puedes llegar a sentir más solo por su ausencia. 

Y entonces tienes una lucha interna entre el miedo a quedarte solo y el establecer límites para tener paz mental.


Decir "no" a los demás, decir algo que te ha molestado de la otra persona, cambiar de opinión con respecto a un plan... son cosas que nos cuestan decir; son límites que podemos poner a los demás pero que aún así nos cuesta. A unos más que a otros.

Y me da tanto miedo que mis palabras puedan molestar a los demás que olvido si a mí me está molestando la situación o no. No me escucho, no me respeto. Al final, establecer límites con los demás es una muestra de respeto y cuidado hacia nosotros, aunque a veces nos duela establecerlos, pero están ahí para salvarnos de algo peor.


No sabéis lo que me está doliendo, porque pienso que si establezco todos los límites que necesito me voy a quedar sola. También es cierto que los pensamientos, la mayoría de las veces, solo están en nuestra cabeza y no concuerdan con la realidad. 

Esto me lleva a que debo ser valiente y establecer los límites que necesito para conseguir paz mental porque no sabemos a ciencia cierta qué es lo que ocurrirá cuando los establezca. Quizá me sorprendo y todo.

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