El hombre de la webcam - Relato
Justo acabas de empezar a leer un nuevo libro, no llevas ni una página y te llega una notificación. La curiosidad te puede y desbloqueas el móvil para ver quién es. La respuesta no te la esperabas, pero él te ha respondido. Y cómo no, le respondes. Vuelves a bloquear el móvil y continúas con el libro.
Lees tres o cuatro páginas más y te preguntas si habrá respondido. Miras la pantalla de bloqueo y nada, pero aún así decides meterte en la conversación para ver si está conectado. Lo está pero no te ha respondido. Se supone que ese Instagram solo lo usa para hablar contigo, pero ahí está, conectado.
Últimamente habláis menos y no lo echas tanto de menos como antes, pero estás deseando hablar con él. Estás deseando contarle que esta noche estás sola. Quieres saber si él moverá ficha y dirá de veros a través de la webcam. Pero por otro lado, no quieres hacerte ilusiones, no quieres que te haga daño, y estás cansada de parar tu vida por él.
Cuando os veis por webcam él te hace sentir cosas que nunca antes habías sentido. Te hace sentir querida, escuchada, deseada, y sobre todo, deseosa de tener algo más con él. Sientes un deseo que te inunda, y llega un punto en el que te da igual que eso esté mal.
Lo cierto es que a veces agradeces que se encuentre lejos de ti, en otro país. Aunque, otras veces te planteas cómo sería estar con él, tanto tener una relación como... follar con él. Quizás tengas unas expectativas muy altas, pero después de todo lo que habéis hablado, después de saber que tenéis gustos parecidos en la cama, y después de ver con la cara que te mira cuando está cachondo... no es para menos.
Quedéis donde quedéis, que haya una salida de emergencia, por si uno de los dos tiene que huir del otro. La verdad siempre está en la carne y el hueso.
ResponderEliminarLo de la salida de emergencia me lo anoto, es lo mejor si quedan. Pero lo que me preocupa es, ¿qué pasa después de "la carne y el hueso"? A veces no son los mejores consejeros.
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