Alejados en la oscuridad
Y de la nada vino, y me llevó a un lugar desconocido.
+ ¿Dónde estoy?... ¿Dónde estamos?
No recibí respuesta audible pero sí una mano extendida hacia mí. ¿Qué debía hacer? ¿Confío en él o no?
Qué más da, es un simple sueño. Juguemos un poco a perdernos.
Me colocó delante de él y me tapó los ojos. ¿A dónde iríamos? Todo un misterio en ese momento.
Una mano alrededor de mi cintura, otra sobre mismo ojos, aunque seriamente me planteé si era necesario que me tapara los ojos, la oscuridad era muy pesada como para ver algo.
Afloraban diversos sentimientos. Una parte de mí sentía miedo. Estábamos alejados, nadie alrededor, no sabía cómo de lejos habíamos llegado; solo escuchaba la oscuridad de la noche, los grillos y algunos perros alejados.
Aunque hay algo más cercano que sí escuchaba con claridad, su respiración cálida en mi oído y mi corazón desbocado palpitando. Tenerlo tan cerca, yo tan indefensa, notando su calor, dejándome llevar por él, tan alejados del resto del mundo, estando completamente solos… Despertaba un segundo sentimiento. Mi corazón se me iba a salir del pecho. Pero lo peor no era eso, lo peor es que él se había dado cuenta de lo que provocaba en mí. Lo sabía porque su respiración se había transformado en una respiración no tan calmada, y porque… había notado algo en mi espalda. Algo que poco a poco iba creciendo y que cada vez notaba con más dureza.
El camino se me estaba haciendo eterno.
¿Cuándo llegaría el momento de parar, el momento en que pudiera ver sus ardientes ojos?
+ ¿Dónde estoy?... ¿Dónde estamos?
No recibí respuesta audible pero sí una mano extendida hacia mí. ¿Qué debía hacer? ¿Confío en él o no?
Qué más da, es un simple sueño. Juguemos un poco a perdernos.
Me colocó delante de él y me tapó los ojos. ¿A dónde iríamos? Todo un misterio en ese momento.
Una mano alrededor de mi cintura, otra sobre mismo ojos, aunque seriamente me planteé si era necesario que me tapara los ojos, la oscuridad era muy pesada como para ver algo.
Afloraban diversos sentimientos. Una parte de mí sentía miedo. Estábamos alejados, nadie alrededor, no sabía cómo de lejos habíamos llegado; solo escuchaba la oscuridad de la noche, los grillos y algunos perros alejados.
Aunque hay algo más cercano que sí escuchaba con claridad, su respiración cálida en mi oído y mi corazón desbocado palpitando. Tenerlo tan cerca, yo tan indefensa, notando su calor, dejándome llevar por él, tan alejados del resto del mundo, estando completamente solos… Despertaba un segundo sentimiento. Mi corazón se me iba a salir del pecho. Pero lo peor no era eso, lo peor es que él se había dado cuenta de lo que provocaba en mí. Lo sabía porque su respiración se había transformado en una respiración no tan calmada, y porque… había notado algo en mi espalda. Algo que poco a poco iba creciendo y que cada vez notaba con más dureza.
El camino se me estaba haciendo eterno.
¿Cuándo llegaría el momento de parar, el momento en que pudiera ver sus ardientes ojos?
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