Una posible incomprendida

Una vez más vuelve a pasar lo mismo. No sé si es que ya nos hemos acostumbrado a que sea así o que nos resignamos a no tenerlo.

Sé que tú también lo has sentido, lo intuyo; o a lo mejor es a mí a la única que le pasa.

Una vez más algo nos enciende, te enciende, me enciende, y ya es inevitable. La cosa fluye y surge, y cada vez va a más; no se consume. Creo que el vernos así nos enciende aún más. Queremos sin querer, y sin querer queremos. Raro pero cierto.

Estamos en otra cama pero con la misma persona, encendidos. Esa fuerza os une, ese calor. Y cuando empieza la acción estando tan encendidos, todo termina. Ya se ha acabado. Y tú ni siquiera lo has terminado de probar. Te quedas con ganas, ganas de más, ganas de seguir; pero la otra persona ya no. Otra vez vuelve a pasar lo mismo… 

¿Y qué haces? Llega el punto que nos resignamos. Que si ya no sigue uno, el otro tampoco puede seguir. Te quedas con el fuego encendido que debes apagar con agua fría. Sí, ya todo acabó, otra vez será; o tal vez no.

Volvemos al mismo punto y a veces pienso que soy algo masoquista. Parece que me gusta quedarme en el precipicio para después no tirarme.

Ahora no sirven los elogios, ni las palabras bonitas; hay veces que ya no tiene sentido, o al menos para mí no.

Ya no sé si es a mí a la única que le pasa esto o si hay alguien más en el mundo que me comprenda.

Firmado: una posible incomprendida.

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