Protégelos

Pensar que un día fuimos esos niños indefensos a los que todo el mundo intentaba proteger.

Pensar que un día fuimos como nuestro hermano, primo o sobrino pequeño, esas cositas tan indefensas que intentas proteger de las cosas malas de la vida, que intentas que mantengan esa inocencia que los caracteriza.

Intentando protegerlos de que no aprendan a decir palabras feas, que hagan las cosas que están bien y no hagan las que están mal, pero sobre todo los intentamos proteger de cualquiera que intente hacerles algo malo.

Los proteges con uñas y dientes si hiciera falta. Unas personitas tan inocentes y tan indefensas no se merecen que nada ni nadie los saque de su burbujita antes de tiempo.

Prefieres mil veces que te hagan a ti algo antes que a ellos.

No sé por qué, pero se me ha venido a la cabeza una situación extrema y os juro que se me han saltado las lágrimas. Si alguien intentara hacerle algo malo a ellos haría todo lo posible para evitarlo, fuera quien fuera quién intenta hacerles daño.

Es pensar en ellos y saltarse mi vena protectora, esa que intenta mantenerlos en esa ignorancia donde todo el mundo es bueno, donde no hay nada ni nadie que pueda hacerles daño, un mundo donde los problemas que tienen son insignificancias.

Como cuando apenas tienen unos años y lo único que puedes hacer cuando los miras es sonreírles porque esas caritas muestran algo que no va  a volver, esa inocencia y felicidad.

¿Cómo fue ese momento en el que nosotros fuimos pequeños? Supongo que ocurriría lo mismo, que todo el mundo intentaría defendernos a capa y espada. 

Pero qué triste que con los años esa inocencia se haya ido de nuestras vidas. Con cada paso que damos, cada año que cumplimos, nuestras preocupaciones aumentan, así como también aumenta su  dificultad. Ya no nos preocupa no poder ver nuestros dibujos favoritos, o que tu hermano te haya quitado un juguete.

Ahora nos preocupa el futuro, los estudios, el hoy, el dinero, el trabajo, las enfermedades, el qué ocurrirá si… o si no… 

¿No os gustaría volver a las otras preocupaciones, esas que se pasaban de la noche a la mañana y volvía tu sonrisa sin más?

Supongo que esto no es más que ley de vida. Vamos creciendo, cambiando, formándonos, y así hasta sigamos respirando. 

Ahora solo queda protegerlos, igual que nos protegieron a nosotros.

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