No te pongas obstáculos
Un día te despiertas, desorientado, sin saber dónde estás,
qué tienes que hacer y a dónde tienes que ir, y enciendes la luz. Miras a tu
alrededor, y lo que ves te indica todo lo anterior, a lo que no sabías qué
responder. Te das cuenta de que no estas donde querías, que no quieres hacer lo
que tienes que hacer, y que, por el contario, te imaginas todo lo que de verdad
te gustaría hacer. Comparar la situación real con la que te gustaría que fuera
solo hace que te sientas peor, deprimido, sin ganas de levantarte ni de seguir
adelante con el día.
Por eso, cada vez que nos levantemos y descubramos que nos
depara el día, debemos mirarlo de frente y afrontar todo lo que nos venga,
hacer las cosas de la mejor manera posible y como nosotros estemos más cómodos realizándolo.
Solo así vamos a conseguir sentirnos más a gusto con la situación que se nos
presente. Sabiendo que hacemos las cosas que nos proponemos, y que somos
capaces de afrontar todo los que nos echen, sin pensar en las opciones fáciles
que no tenemos a nuestro alcance.
Porque siempre hay que saber ir de frente, no agachar la
cabeza, no pensar en que otras personas lo tienen más fácil, sino mirar cómo
aquellas personas que lo tienen más difícil son capaces de seguir adelante, y
si ellas pueden, ¿por qué tu no?
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