Más que un peluche

Recuerdo perfectamente de dónde  viene este osito de peluche,  y por qué se ha convertido en algo muy especial para mí. 
Todo empezó cuando era pequeña. Era invierno,  lo sé  porque fui con mi papá a comprarme unos patucos,  que me encantaba ponerme de pequeña. Llegamos a la tienda y me enseñaron varios patucos,  y me dieron a elegir entre dos: unos que no me acuerdo exactamente como eran, y otros marrones con cabeza de oso que venían  con un osito de peluche. Desde que vi el osito de peluche tenía  claro los patucos que me iba a llevar. Y mi papá compró los patucos que quería su niña pequeña; me compró los patucos de oso,  con el peluche. 
Esta es una de las razones principales por la que este osito es tan especial,  porque mi papá me lo compró. Es un detalle que a una niña pequeña le puede parecer el mejor regalo del mundo, y por eso su memoria nunca lo borrará. 
Este osito ha estado durante todos estos años junto a mí. No ha sido de esos juguetes que regalas a alguien,  o que olvidas,  o tiras a la basura; es de esos peluches que aunque estén viejos o rotos lo sigues manteniendo  a tu lado, y lo cuidas como si fuera un juguete nuevo.



Ya sé  que puede sonar infantil,  pero más de una vez me he quedado dormida abrazando a mí osito de peluche, no por miedo a la oscuridad o a dormir sola,  sino por el hecho de abrazar a alguien y sentirme acompañada. Más de una vez me siento mal,  triste, sin nadie al lado, que me abrace,  que me apoye, y me entran ganas de abrazar a alguien,  y que mejor que mi osito de peluche,  que me ha visto llorar muchas veces,  y que siempre que quiera lo voy a poder abrazar.  Parece una tontería todo esto,  pero no soy de ir pidiendo abrazos,  ni de que la gente me vea llorar, por eso siempre recurro a mi osito. 




Mi osito es más que un peluche; es un recuerdo de mi papá, de mi infancia, de todos estos años; y lo mejor a lo que puedes abrazar cuando estés mal.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Como el Yin y el Yang

Decisiones

Cree en ti