Tú decides a qué le prestas atención

Muchas veces me paro a pensar sobre lo que hago y lo que dejo de hacer, y he llegado a la conclusión de que somos nosotros mismo quiénes (en parte) decidimos cómo sentirnos. Sé que de primeras suena raro, pero tiene gran parte de verdad.

Hace poco vi un comentario de mi pareja hacia a una amiga nuestra que no me hizo mucha gracia pero que era algo insignificante. Tenía dos opciones: (1) decirle a mi novio que porqué había puesto ese comentario a ella, o (2) tomármelo como un chico que le dice a su amiga que es guapa.

“Gracias a Dios” opte por la segunda opción, y me alegro un montón de haberlo hecho. ¿Por qué? Simplemente confío en mi novio y sé que realmente me quiere, al igual que conozco a mi amiga y sé que no haría nada que afectara negativamente a nuestra relación.

¿Y qué hubiera pasado si hubiera elegido la primera opción? Le estaría pidiendo explicaciones a mi novio de algo que realmente no tiene nada de malo, haría una montaña de un grano de arena, y seguramente nos hubiéramos enfadado el uno con el otro.

Sinceramente, me he ahorrado una pelea y enfado sin sentido, y esto gracias a que decidí no prestar atención a ese comentario.

Es por ello por lo que os animo a que os fijéis en las cosas que de verdad son importantes, y sobre todo en la parte positiva de las cosas. 

Siempre está bien pararnos a pensar en las consecuencias de nuestras acciones, y las consecuencias de cómo vemos lo que nos rodea.

Puedo pensar en lo triste y gris que está el día, o en que estoy muy agustito en mi habitación haciendo lo que me da la gana.

    Simplemente tú decides en qué te quieres fijar, 

 tú decides qué es importante y 

 tú decides cómo te quieres sentir.