Esta es mi vida y no otra

Está todo tan vacío, tan extraño, que parece que hayan pasado siglos, pero  a la vez, que fue ayer cuando todo eran sonrisas, ganas de seguir hacia adelante, ganas de hablar con él. Él era para mí la mejor parte del día. Siempre tenía buenas palabras para mí; palabras de ánimo, de amistad, de amor. Él me demostró lo mucho que alguien te puede querer sin nada a cambio, pero se cansó al no recibir al menos un poco de lo que él quería. Me siento un poco culpable de que se haya ido, porque todo esto ha sido mi culpa; si hubiera sido más valiente las cosas ahora serían distintas.Pero también me doy cuenta que las cosas pasaron demasiado rápido, que de un día para otro todo acabó. Eso me hace dudar de sus palabras, de todo lo que me dijo un día, y que ya no he vuelto a escuchar más, ni de él ni de ninguna persona. Han pasado varios meses pero aún sigo aquí dandole vueltas a la cabeza, y hay veces en que me repito tanto, que me canso a mí misma.Por una parte me gustaría que nada de es

Ahora me doy cuenta que ya no hay mas dolor; que este sentimiento ya se esfumó, que solo queda decepción. Y la lucha contra el miedo la he superado, y el tiempo ha borrado todo con lo que he soñado. Miro a mi alrededor y todo va cambiando, hasta el punto que nada vuelve a ser igual que antes. Yo no he cambiado pero sí mi forma de ver el mundo, por eso la gente cree que yo soy la que ha cambiado, pero sigo siendo la misma persona que era, con mis defectos y mis virtudes. La vida continua sin algunas personas pero yo sigo caminando hacia delante, haciendo mi camino y buscando un futuro. Un futuro ahora incierto que poco a poco hiré descubriendo. No sé quien habrá en mi vida, solo sé que yo estaré ahí para vivirla.

Ya no puedo llorar. Aunque tenga ganas de llorar mis ojos no derraman ninguna lágrima. Pero sigo echándolo de menos; y me duele. Dentro de mí hay un hueco vacío que no desaparece y que se ensancha. Un vacío que me desgarra por dentro,  dañandome el vientre,  el corazón,  el alma. Hay veces que tengo ganas de gritar,  de desahogarme,  de echar afuera todo lo que siento,  pero se me hace un nudo en la garganta que no me deja gritar. Es como si mi cuerpo encerrara  este sentimiento en mi interior para que nadie lo viera y se diera cuenta de que existe; creando un escudo protector contra el resto de las personas,  para que no me vean débil. Ahora le temo a las consecuencias que pueda conllevar este escudo, porque es un arma de doble filo. Puede que este escudo dure un tiempo,  pero llegará un día en el que se rompa y deje salir a la luz este sentimiento que me asfixia. Lo peor de todo es que no lo dejará salir poco a poco,  sino que será una explosión hacia el exterior que me hará aun má